lunes, 18 de marzo de 2013

Madre soltera sin hijos

He estado un mes en España. Los niños y el padre se han quedado en Estados Unidos. Un mes sin niños, sin pareja y sin deberes de madre. ¿Y sabéis qué? os lo recomiendo ¡mola mucho!

No somos 'superwomans'
Por suerte tengo una suegra fantástica que ha venido a cuidarles mientras yo no estaba. Tiene mucho mérito, porque a su edad se ha atrevido a cruzar el océano, a pasar la aduana, y a vivir en un país nuevo, sin hablar el idioma y sin tener más amigos que los nietos y a su hijo, que encima están todo el día en el cole o trabajo... lo dicho, una suegra estupenda :-)

Al principio fue extraño... como un silencio y una especie de 'no tengo nada que hacer'. ¿Habéis sentido esa sensación de levantaros y solo tener que preocuparos de vosotros mismos?

No había que despertar a nadie, no había que pelearse porque llegábamos tarde al autobús, no tenía que hacer desayunos para todos, no tenía que preparar la comida del cole, ni revisar las mochilas y ropa de cada uno, no tenía que recoger, ni peinar, ni chillar 'lávate los dientes',...

...vacío... ...relax...

¿Y esa sensación de da igual cómo esté la casa? ya lavaré, ya recogeré, ya haré la compra... (nunca la hice ;-) Vivir sola un mes, ¡mola mucho! Ni me acordaba de esa sensación de que nadie dependa de ti...

He trabajado mucho, mucho, muchísimo. He dado miles de clases, he ido a intensas reuniones, no sabía en qué habitación me despertaba porque he viajado mucho, me he tragado muchos marrones laborales... pero solo me tenía que cuidar a mi misma, así que si no quería no cenaba, no pasaba nada si no había comida en la nevera, salía sin desayunar y picaba algo en el primer bar que me apetecía... no había hora de acabar de trabajar, no importaba trasnochar para acabar un proyecto o para ir a una cena con amigos.

He aprovechado para ver a mucha gente que echaba de menos: familia, amigos de toda la vida, compañeros de trabajo, gente de mi infancia, amigos del pueblo... Mi madre me ha mimado, solo cuando quería, sin agobios, a 'mi rollo'. Mi sobrino me ha querido con abrazos de oso que valen por un año :-). He disfrutado de las comidas familiares de otra manera: como hija, hermana, tía y sobrina.

La primera semana ni tiempo de apreciar esta 'soledad' de madre, la segunda semana aprecié el gusto por cuidarme solo a mi y disponer del 100% de mi tiempo, la tercera semana ya estaba en mi salsa, y a la cuarta... a la cuarta echaba de menos a mis niños, mi pareja y mi vida con las ardillas gringas.

Conclusión: viene bien, MUY BIEN, alejarse un tiempo de todo para volver a casa y apreciar lo que tienes. Mi chico más guapo, encantador y 'tío bueno' que nunca. Mis niños muy mayores, cariñosos y responsables. Mi casa de expatriada acogedora y con esa vidilla de familia, que también mola mucho :-)

6 comentarios :

  1. Jeje, hola desde más allá del charco! Yo me sentiría rarita pero mola no? ... Ya tienes las pilas recargadas!!

    Me ha encantado el post, felicidades!

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  2. Eso de poder vivir un mes a tu aire debe de estar muy bien, sobre todo sin el estres de la mañanas y las noches, ni lavadoras que poner o deberes que revisar...

    Ha estado muy bien tenerte por España, sobre todo para tus sobrinos que han podido mimarte y darte abrazos, aunque les hubiera gustado poder estar un poquito más contigo, ya sabes, siempre quieren más... Dicen que la próxima vez te acuerdes de traerte a los primos!!

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  3. Pues a mí suena estupendo!!! Y qué ejemplo de suegra!! Eso sí que es una suerte. Me ha gustado tu blog, te seguiré más de cerca :)

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