domingo, 11 de septiembre de 2011

Me cuesta parar el ritmo :-(

Y es que cuando llevamos un ritmo de vida frenético y de repente haces las maletas y te vas de vacaciones, cuesta frenar. O al menos a mi me ha pasado.

Este verano me he ido con mi familia de viaje. Un mes en una casa preciosa mientras mi pareja hacía una estancia en una universidad extranjera. Todo un lujo que no había disfrutado nunca en la vida: sin cobertura, sin ninguna obligación.


Vacaciones en familia, todo un baño de tiempo

El primer día en la casa amanecí todavía con el ritmo habitual. En 2 horas ya tenía la ropa lavada, secada (gran invento el de la secadora, en cuanto ahorre me hago con una), compra hecha, niños duchados y vestidos, casa impoluta... y ahora qué????


Esa sensación... nunca la había tenido. Había hecho todo en modo "multitask", como si tuviera que enviar un informe, ir a una reunión, preparar una clase, escribir un artículo, poner las lentejas, ayudar a hacer los deberes... y realmente no era necesario, estaba de vacaciones.

Esto me ha hecho pensar en la velocidad y capacidad de hacer 20 cosas a la vez para ganarle tiempo al tiempo. Vivo en una carrera contrareloj en la que gana el que consigue hacer más en menos tiempo, para así poder hacer más todavía . Qué sinvivir!

También me hizo reflexionar sobre las madres perfectas, las que tienen todo el día para su familia. Deben llevar otro ritmo, deben disfrutar de la vida mucho más. Las envidio. Las envidio sólo y sólo si realmente el tiempo que les sobra lo dedican a ellas, o a mejorar lo que las rodea, en todos los sentidos. No me vale perderlo viendo la tele o marujeando.

¿Qué haría yo con más tiempo? Otra importante reflexión de mis vacaciones. Creo que pasaría más tiempo con mis hijos, mimaría a mi pareja, tendría la casa super ordenada, me apuntaría a varios cursos de hobbies (cocina, adornos florales, cerámica, algún idioma), miraría en mi zona alguna entidad que ayude a los más desfavorecidos y les ofrecería mi ayuda, intentaría cuidarme un poco más (gimnasio, yoga, esteticien), montaría un grupo de animación a la lectura en la biblioteca, me ofrecería de voluntaria para tareas del colegio, tendría un jardín impresionante, jugaría al golf (igual ni me gusta, pero es un ideal para mi), etc., etc.

Cuando le conté a mi marido las reflexiones a las que había llegado, me dijo -te das cuenta de que irías al mismo ritmo, pero con otras obligaciones?- Pues es cierto!, parece ser que me gusta hacer mil cosas a la vez, quizás no sea capaz de frenar el ritmo.

Para colmo, estoy encantada de volver a la rutina y a mis mil quehaceres... estaré enferma?

2 comentarios :

  1. La verdad es que a veces yo tambien me siento así. Nos hemos acostumbrado a llevar tantas cosas a la vez que perdemos la capacidad de "perder el tiempo". Hemos de reaprender a relajarnos.

    Yo me he dado cuenta que incluso en vacaciones tengo que hacer muchas cosas, ver muchos sitios... todo ello para sentir que hemos aprovechado las vacaciones. Pero... precisamente son vacaciones! Solo hay que disfrutarlas.

    Los pediatras dicen que los niños necesitan "aburrirse", que es sano tener tiempo para no hacer nada.

    A ver si aprendemos de los niños y nos aplicamos el cuento. (Al menos yo quiero intentarlo. Jejeje)

    Un saludo. :)

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  2. El no perder el tiempo es una enfermedad que día a día está mermando nuestras vidas.
    Sí, digo perder el tiempo y es que perder el tiempo no es tan malo como nos lo han pintado.

    Mi madre decia que perdíamos el tiempo cuando nos vehia sentadas (tal vez estábamos leyendo, haciendo un dibujito o simplemente pensando)pero para ella todo lo que no fuese estar activa limpiando la casa era perder el tiempo.

    Pues bién yo he heredado esa maldita manía de tener todo en orden y perfecto, si no es así, no puedo dedicarme tiempo a mi misma. Con lo cual podeis imaginar que acaba el día y yo sigo teniendo cosas por hacer.

    Llevo 4 meses como "ama de casa" tarea muy digna y muy sacrificada (nada de marujeos como decíais)no hay tiempo.

    Te le vantas a las 7, preparas desayunos, vistes a la peque, te vistes tu, cole, bajas, pones lavadoras, vas haciendo la comida, camas, hoy toca plancha, hasta las 12 que subes a por la peque, come, tu sigues recogiendo la casa (la cocina de nuevo) las 15h la subes al cole, bajas, la lavadora había terminado y ni te habías dado cuenta, tender, organizar menus, compra, subes a por la peque a las 17h un ratito de parque. Y no, no disfrutas de este ratito ya que estás sentada mirando (no se el que) pensando todo cuanto te queda por hacer.

    ¡Dios no he hecho el baño!, 19h, bajas a casa discutiendo con la peque porque no ha tenido suficiente con 2h de parque mientras a ti te reconcome el no estar realizando tus tareas o leyendo el tema que tienes que tener terminado para a las 24h cuando todo está en orden en casa seguir haciendo el curso por la Uned para algún dia ser alguien.

    19.15h la peque juega mientras empezamos a preparar el baño, 20h cena y a domrmir. 20:45h recojo el baño, la peque ya está dorminda 21h llega mi marido, cenamos, 22h recojo la cocina, preparo ropa para el dia siguiente, hablamos del día.

    24h "estoy tan cansada que no puedo estudiar para ser alguien el día de mañana".

    Despues de todo esto os digo que me gusta ser mamá que me encantaría tener mas peques, y que estoy haciendo esfuerzos por dedicarle mas tiempo a mi hija y no tanto a "mis labores".

    He decidido tirarme al suelo a jugar con ella. He decidido perder el tiempo y que mi madre vea cómo disfruto de mi hija. He decidido aprender de los errores de mi madre. Gracias mamá por enseñarme.

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