jueves, 30 de mayo de 2013

Donde pone STOP, hay que parar para aprobar

Hoy me ha tocado un policía muy majo, me ha dicho que de dónde era con este acento tan bonito... y claro... yo ahí ya me he crecido.... me he sentido en mi salsa... hasta me he visualizado sonriendo con mi foto en el carnet...

No hay duda, hay que parar 
Menuda diferencia con la señorita Rotenmeyer, este policía era simpático, me ha dicho que no me preocupase, que seguro que me salía bien, y me ha sonreído. Y es que cuando al otro lado tienes a alguien amable, todo cambia.

Por supuesto le he contado mi vida, cómo no, con mi acento tan bonito, me he hecho un poco la víctima: –mis hijos confían en mi, imagínese lo duro que puede ser no ser un ejemplo para ellos...– Me ha contado que tenía dos hijos y que me entendía, que podía ser un trauma decirle a un niño que han suspendido a su mamá cuando lleva 21 años al volante...

Así que por fin lo he conseguido, ya llevo en mi cartera el carnet de conducir del estado de Ohio, con mi foto feliz cual perdiz. Y que conste que esta vez he parado 'completely' en los STOPs, hasta he contado: 1, 2, y luego he seguido.

He reflexionado sobre mi suspenso del otro día y he llegado a la conclusión de que es un problema de madre imperfecta.

La Rotenmeyer no sabe, no tiene ni idea, de lo que es conducir siendo una madre imperfecta. Ella, tan perfecta y con ese moñete, que de buena gana se lo hubiera despeinado, y con ese tipín toda estirada, y lo peor, tan joven e ideal, y claro, sin hijos.

¡Ajá! ahí es donde la he pillado.

La policía Rotenmeyer no sabía lo que es para una madre tener que conducir sin ser una 'fitipaldi'. No estamos acostumbradas a conducir sin tener que mirar atrás echando la mano para separar la pelea, mientras suena el móvil en el bolso, vuela un trozo de galleta por el coche, se derrama el agua en el asiento trasero, los niños chillan, te miras en el espejo para comprobar si te has peinado, llegas tarde...

En vez de ese contexto, donde estoy en mi salsa, me lo cambian y me ponen en un ambiente de silencio total, en el que solo oigo –turn right... turn left... turn left...turn... right... turn left...– pues normal que me ponga nerviosa, y más mirando el moñete por el rabillo del ojo. Si estoy por llamarla señorita Intermitente.

...y además tengo la capacidad de mirar con el rabillo del ojo a la izquierda, ver que no viene nadie, y pasar por el STOP sin parar del todo. ¡Toma ya! ¡además, con súper poderes! Ese fue el verdadero problema... le dieron envidia mis súper poderes de madre imperfecta, y ahí se vio ella que podía dominarme y me cateó.

Otra conclusión a la que he llegado es que los asientos de seguridad de los niños, los ponen por las madres, porque es muy peligroso que vayan con ellas.

Y hay alguna, que hasta se olvida de meter a su hijo en el coche. Ah, y otras que se olvidan de sacarlo, esa historia os la cuento otro día.

jueves, 23 de mayo de 2013

Suspendida tras 21 años al volante

Hoy la señorita Rotenmeyer ha tenido a bien suspenderme el examen práctico del permiso de conducir americano... y eso que yo me decía a mi misma: no te pongas nerviosa, que tú puedes, esto es un puro trámite, si sabes conducir, respira, menuda tontería...

Es que era igualita...
He aprobado el teórico y la primera parte: la de aparcar con unos conos, que se suponía que era súper difícil, pero que realmente cualquiera que haya conducido por un pueblo de España y aparcado en un hueco justito, en una cuesta y con gente esperando, lo hubiera superado.

Teníais que haberla visto, tan estirada ella, con su moñete alto, mirando por encima de las gafas, con su boli a punto para apuntar todo lo mal que yo hacía...

Total, por no parar 'completely' en un stop... si total, no venía nadie... Pues sí, parece ser que la señal de STOP significa lo mismo en todo el mundo... STOP=parar, no un poquito, sino completamente... vale, ya me lo se.

Ya me ha dicho ella, en un tono muy de 'rintintin', que a los que llevamos tantos años conduciendo se nos olvidan las cosas más importantes.

Y si, efectivamente, si razón tenía, pero como fastidia que te suspendan a mi edad, a mi que llevo toda la vida al volante... buaaaahhhhhh, necesito vacacioneeeeeesssssss....

¿y cómo les explico yo esto a mis niños?

miércoles, 22 de mayo de 2013

Odio las canas: planes para erradicarlas

Pues resulta que a mi edad ya se tienen canas, más bien hace unos años, pero vamos, que es un suma y sigue, cada vez salen nuevas, y a más disgustos: más canas.

Mi padre dice que cada vez que vas a un banco te sale una nueva, y yo los he frecuentado bastante en los últimos años...

Probando opciones
Y no es que yo quiera disimular mi edad, sino que ahora que las de 70 parece que tengan 30, qué menos que aparentar mi edad y no más. Solo mi edad, aunque sea una edad difícil.

Yo siempre he sido de lavar y ya, ni secador, ni peluquerías, ni nada... por eso llevo muy mal lo del color del pelo, solo quiero que sea como debería ser, pero sin canas. Así que cada x tiempo me las tengo que ingeniar para que desaparezcan.

Al principio, mi suegra se ofreció a ponerme el tinte del supermercado. Y oye, fenomenal. Otras veces he ido a mi peluquero de siempre y muy bien, tardamos un poco en encontrar el color, pero al final bien.

Y es que son muchas veces, porque más o menos cada mes y medio hay que erradicar esta porquería de la cabeza. Y que no os engañen, todas las mujeres lo hacen, y las que no, se les nota. O son un prodigio de la naturaleza y deberían estudiar su ADN para hacer algún compuesto que podamos tomar las demás.

Cuando cambias de país, una de las cosas que hay que localizar es una peluquería. Pregunté a una estudiante española muy maja, y me recomendó la suya. Más bonita la peluquería... con de todo, hasta te daban café, te ofrecían agua cada minuto, revistas de última moda... madam por aquí, madam por allá...

Como era al principio de estar en Estados Unidos no me enteraba mucho del léxico-peluquero, y es que claro, las palabras: mechas, tinte, mascarilla, flequillo, etc. no están en mi vocabulario en inglés. Y menos si te las dicen a toda pastilla y con una sonrisa de oreja a oreja que no les permite pronunciar bien. Yo sonreía y decía a todo que yes, o of course, y por variar un poco: aha...

Siempre puede ser peor
Esa vez salí ideal de la muerte, con un color precioso, un corte de última moda, y ¡un cabreo de mil demonios!.

La broma me costó una fortuna. Y vale, que aquí es más caro que en España, pero concho, ni que los grifos fuesen de oro. Nada, eliminada de mi lista. Y pensándolo bien debió ser culpa mía por decir a todo que yes... aprendí que es mejor decir a todo que no, por si las moscas, just in case...

Lo he intentado, lo he hecho yo en casa, sí, un día me atreví. Pero, mejor no os describo el desastre... luego lo limpié todo y no se notaba, el pelo quedó más o menos bien. Pero acabé con dolor de brazos, cabreada y limpiando más de la cuenta. Es un sacrificio, que no me compensa.

Así que hoy se me ha ocurrido ir a una academia de peluquería. Todo parecía funcionar a la perfección, por supuesto antes me he asegurado del precio, y hasta eso estaba bien. Muy amables, no me han hecho esperar, me han ofrecido café (creo que es costumbre en todas las peluquerías) y me han presentado a la pupila y a su tutora.

Pero al llegar a casa: ¡sorpresa! pegotes de tinte en la nuca... ¡oh no!

Encima le había dicho a la profesora que fenomenal y le he dejado propina a la estudiante... ¡mierda! y para colmo, cuando voy a ducharme: pegotes de tinte en mi brazo, y en la camiseta blanca que llevaba puesta. Lo del brazo ya se irá, pero la camiseta...

Como me dice @madrescabreadas en Twitter, cómo se me ocurre, a las academias solo hay que ir al brush, prohibido corte, tinte y permanente. Bueno, pues ya me lo sé para otra vez.

Por lo menos ahora tengo un mes y medio hasta la siguiente aventura. Y mira que me duele perder el tiempo y el dinero en esto... odio las canas.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Comida americana en el colegio

Soy consciente de que generalizar está muy mal, así que voy a hablaros de un problemilla que estamos teniendo con la comida de los niños en el colegio de Estados Unidos.

Tiempo para comer
Existen dos opciones, o llevarla de casa en tu 'lancherita' (no sé cómo se llama la bolsa para llevar la comida en español, por aquí los hispanos la llaman así, de lunch: lancherita) o bien comer en el colegio.

Los niños de ambas opciones comen juntos en un comedor, por turnos según las edades. Para todos hay unas normas, entre ellas, un semáforo que está en verde cuando queda mucho tiempo, amarillo cuando tienen que ir acabando y rojo cuando tienen que recoger.

Si la cuidadora sube los brazos, todos los niños los suben y quiere decir que tienen que bajar el tono de voz. Lo hacen casi sin pensar...

Los padres podemos ir a comer con nuestros hijos, son 15 minutos que puedes pasar con ellos. Si os digo la verdad, los que suelen ir son los padres separados que no pueden ver a sus hijos todo lo que quisieran...


COMIDA DEL COLEGIO

Está muy bien pensado, cada niño tiene un código, los pequeños lo tienen escrito en un collar que se cuelgan al ir al comedor. Ese código está conectado con una web en la que los padres ponemos dinero a través de la tarjeta de crédito. Puedes consultar qué han comido cada día y cuánto llevas gastado.

Te cobran solo el día que usan el comedor, y depende de lo que coman, por ejemplo, si toman leche sube $0.50. La comida es económica, el menú sin leche son $2.25. Lo mejor que tiene es que no hace falta avisar y solo lo usas cuando quieres. Los niños le dicen a la maestra, unas horas antes, si van a usar este servicio y qué querrán comer, así la cocina se prepara.

Menú de mayo
Aunque tiene buena pinta hay un problema: el menú.

Según mi punto de vista, mis costumbres y cultura, es: una porquería. Y para no ser yo la criticona, os pongo el menú de este mes. Así me dais vuestra opinión.

Como podéis ver se puede elegir entre hamburguesa, sandwich, chicken nuggets, pizza, pasta, tortitas... es decir, todo lo que les encanta a los niños y las mamás no elegiríamos para su buena nutrición. O al menos, no todos los días.

Entiendo que para los niños y las mamás de aquí esto es lo normal... pero nosotros venimos de un colegio donde el cocinero era el 'rey'.  Cocinaba como los ángeles, con menús súper nutritivos y sanos. Hasta tuvo que dar curso de cocina a las mamás porque todas querían saber sus recetas... mis hijos todavía se acuerdan de 'las albóndigas con cuscús' o del 'puré de verdura'...

Los niños y yo hemos llegado a un acuerdo, pueden comer un día a la semana de la comida del colegio, o si su mamá tiene que viajar, así por lo menos tienen un aliciente si estoy fuera.


COMIDA DE CASA

El problema es tener que hacerlo: pensar, comprar, cocinar, empaquetarlo... un rollazo, pero bueno, una se acostumbra. Lo hago de cenar y guardo para el día siguiente. Además ya se han acostumbrado y no se quejan.

Pero el verdadero problema es que los niños se avergüenzan de su comida. Y no es porque yo sea una mamá imperfecta, que lo soy. En la comida de mis niños me esmero y les hago cosas muy ricas: pasta con verduras, tortilla de patatas, albóndigas, lasaña, arroz chino, pollo al ajillo, y mil historia más. Y, no se lo digáis a nadie, pero me sale muy bueno.

Peanut butter & jelly
El tema es que nuestra comida es extraña para el resto de niños y la miran alucinados. Además huele diferente y no saben lo buena que está. Las profesoras también la miran con curiosidad e incluso les piden probarla porque les gusta mucho...

Pero a ningún niño le gusta sentirse diferente, así que quieren que les haga sandwich. Así son como los demás. Pero claro, ¡¡cómo van a comer sandwich todos los días!!!

El típico es del de peanut butter & jelly, para entendernos: mantequilla de cacahuete y gelatina. Sí, puaj, pero les encanta. Casi todos llevan sandwich de esto, incluso lo compran hecho y envasado, así no tienen que cocinar. ¿Cocinar? pero si es untar la mantequilla y la gelatina... otra cosa que llevan ya envasado es manzana a trozos, con piel. Que mis hijos y yo no entendemos por qué no se llevan una manzana...

En la universidad es lo mismo, no cocinan, comen cosas congeladas o enlatadas que compran para abrir, calentar y listo. Nadie cocina como entendemos los españoles, o los latinos. Básicamente estoy empezando a entender porqué hay tanta gente obesa, no les educan a comer sano.

Y tengo dos opciones, o que mis hijos se acostumbren a que les miren mal y tengan la suficiente personalidad para defender sus costumbres y cultura (también nos pasa cuando hablamos en español), o bien rendirnos y comer lo mismo que todos y hablar en inglés.

Está clara la opción, ¿no?

jueves, 9 de mayo de 2013

Creatividad en una caja de cartón

La creatividad infantil no tiene límites, no sé si os habéis fijado las películas que se montan los niños cuando están relajados y tienen tiempo para pensar.

Lo malo es que a veces entre tantas actividades extraescolares, películas, maquinitas, etc. no les dejamos tiempo para imaginar. Yo he probado a dejarles telas y pinzas y se han montado unas tiendas de indios impresionantes. Otro día hicieron un tren con cajas. Y a los tubos del papel del water o las cuerdas también les sacan mucho partido...

Descubrí este corto que me tiene fascinada, es sobre lo que puede dar de sí una caja de cartón en manos de un niño. Disfrutadlo y si podéis que lo vean vuestros niños, a los míos les encantó y ya me han dicho que ni se me ocurra tirar ninguna caja de ahora en adelante.

Creatividad infantil
Son 8 minutos que no querréis que acaben :-)

Espero que os haya gustado tanto como a mí. Y dejadme algún comentario para saber vuestra opinión, o si conocéis más vídeos de este tipo, que a mis hijos y a mi nos encantan.