Estrés en el supermercado |
Imaginad que no podían ir en un coche cualquiera, porque padre + madre + 6 hijos + compra no cabe en cualquier vehículo. Así que irían en una súper furgoneta preparada con asientos para todas las edades y el maletero a reventar de bolsas de comida. No sé si el conductor se podría concentrar bien en la carretera, porque a mi con 2 me cuesta.
El caso es que llegaron tarde y cansados, bajaron la compra, la coloraron, hicieron la cena, cenaron, se pusieron el pijama, se lavaron los dientes, dieron las buenas noches y se fueron todos a la cama a descansar.
...silencio...
...relax...
Al rato, sobre la una de la madrugada, sonó el timbre de la puerta, algo extrañados abrieron y se encontraron a uno de los hijos que se había quedado dormido en el coche mientras bajaban la compra. ¡Nadie se había percatado!
¿Os imagináis? Medio dormido salió y llamó al timbre para ir a su cama...
¿Olvidar a un hijo en el coche? Con tantos es normal... Bueno, ya os conté una historia sobre una madre que se olvidó a su bebé, pero en este caso es más grave, no solo la madre no se dio cuenta, sino que ¡¡el padre y los otros 5 hermanos tampoco!! ¿qué jaleo de familia debe haber para no echar en falta a uno?
La gran familia |
Parece que las familias numerosas, las de antes, están peligro de extinción. Ahora tener 3 hijos ya nos parece una pasada (a mi la primera), y con 4 o 5 no digamos. Cuando yo tenía 16 años estuve de intercambio en una familia que tenía 7 hijas, más yo, y la verdad, como adolescente lo pasé fenomenal, pero ahora entiendo las ojeras de la madre y el autoritarismo del padre.
Así que ya no me quejo más, que dos está muy bien y no se me olvida ninguno, o al menos de momento.
P.D: Gracias Luisa por la historia (la tenía medio escrita desde hace mucho)