jueves, 14 de abril de 2011

Conversaciones de partos


Alguien sabe por qué cuando varias mamás se juntan en un cumpleaños se acaba hablando del parto de todas ellas? No sé cuál es la razón, pero es un hecho. O al menos a mi me pasa, sobre todo si no se conocen entre ellas, es como el tema en común. Una experiencia que seguro todas ellas han tenido.




Quién lo pasó peor?
Y si lo pensamos fríamente, las intimidades que se desvelan a desconocidas no son pocas. Qué me importa a mí cuánto han dilatado, o si han estado 20 horas con contracciones, o si a la otra le dolió casi hasta morir porque no llegó el anestesista, o si la comadrona se subió encima para que empujara más, o si se desgarró entera y la tuvieron que coser y bordar cual obra maestra de restauración...

Personalmente tengo por costumbre no compartir mis partos, creo que es algo privado y no muy agradable de contar. No me parece bien que se cuente cuánto se ha dilatado mientras se moja un pastelito en el café con leche. Pensadlo: cuánto se ha dilatado! Por favor, no es un tanto escatológico? A quién le importa?

Y eso sí, no sé sabe cuál de todas lo pasó peor. No sé si será todo verdad o es la exageración que da el saberse escuchada y comprendida...

No me gustan las conversaciones de partos.


El caracol y la hierba de poleo

 Al ir a llevar a la niña al cole, la maestra salió y me comentó que se está preparando una obra de teatro entre padres, que ya llevan 2 realizadas y que ésta es la última (yo, ni enterarme). Ya han participado casi todas las madres y mi hija le ha comentado que le hace mucha ilusión porque su madre va a ser el gato... ¿?¿?¿ yo? GATO? pero si no sé de qué me está hablando...

Pues que le hace muchísima ilusión a mi niña, y que ella, la maestra, nunca ha obligado a nadie, pero que mi hija y otro niño, están muy emocionados con que sus mamás participen, y que quieren que seamos el gato y la rana. Pues bueno... pues tendré que hacer de gato... me quedo a la reunión.

En casa pensé decirles que me era imposible y que lo sentía mucho. Pero cuando fui a la primera reunión, en la que nos dieron el guión de la obra "El caracol y la hierba de poleo", y conocí a las otras mamás imperfectas... me sentí fatal... son de todos los países: rumanas, colombianas, marroquis... tienen menos tiempo que yo! Muchas de ellas limpian casas, trabajan en restaurantes, y hasta se han pedido días de vacaciones para poder hacer el teatro y ensayar.

Como decía, es la tercera obra de teatro. La primera la hicieron las mamás perfectas, las que tuvieron tiempo de todo, esas que pueden ir TODOS los días de la semana a ensayar, preparar el escenario, los disfraces... la segunda, fue a cargo de las mamás semiperfectas, se organizan y más o menos sacan tiempo. Y claro, la tercera es la de las mamás que ni nos habíamos enterado, que no tenemos tiempo y que en general somos un desastre de horario... 

Comentaban que era un gran sacrificio, pero sólo con pensar la cara de satisfacción que iban a poner sus hijos, que ya les compensaba. Cómo explicaban al jefe que tenían que ausentarse para ir a ensayar? Solución: pedirse vacaciones.

Los ensayos son de 3 a 4.30, hemos conseguido (gran triunfo!) quedar 3 días. En esos días hemos hecho un decorado de más de 4 metros, hemos ingeniado disfraces de todos los animales, hemos construido una hierba de poleo de más de 2 metros... y hemos ensayado...

"Lo que hay que hacer..."
El gran estreno, frente a 45 niños de 3 y 4 años es la semana que viene, no hay más tiempo, tenemos que actuar ya! y no sé cómo saldrá... pero el haber conocido a todas estas mamás imperfectas, tan diferentes y con tantos problemas e inquietudes, diferentes a los míos, ha valido la pena. Son geniales!

Y sólo me queda una pregunta... por qué en este tipo de "cosasdelavidaquenoeliges" nunca, o casi nunca, hay un papá? Digo yo, nos pusieron un gen diferente para buscarnos la vida y poder llegar a todo? Porque al final podemos...